El cúmulo abierto de las Pléyades (también conocido como M45) es uno de los objetos más bonitos que podemos observar a simple vista en el cielo.
Se trata de un cúmulo estelar formado por centenares de estrellas, situado a unos 440 años luz de la Tierra, en el que abundan las estrellas azuladas y blanco-azuladas. Además, una tenue nebulosa azulada de reflexión (visible solamente en las buenas fotografías) rodea a dichas estrellas.
Nosotros, desde la Tierra, vemos este cúmulo a simple vista como un pequeño racimito de estrellas situado en la constelación de Tauro.
El número de estrellas que distinguimos a simple vista depende de la agudeza visual de cada persona: algunas personas ven «un manchurroncito» sin llegar a diferenciar estrellas individuales, y otras ven cinco, seis… siete… , e incluso más. Lo normal con una vista aguda es ver siete estrellas, motivo por el que a este cúmulo se le suele denominar «las siete cabritillas».
Pero… ¿De dónde le viene el nombre a este cúmulo? Es decir, ¿Quiénes eran las Pléyades?
«Pléyades» en griego significa «palomas», pues para los griegos este cúmulo era una banda de palomas volando en el cielo. Una bonita, y poética, imagen.
Pero, a su vez, las Pléyades eran siete personajes mitológicos. Siete hermanas, hijas del titán Atlas (el famoso personaje famoso por sujetar bajo sus hombros el peso del firmamento) y de la ninfa marina Pléyone.
Los nombres de las siete Pléyades son los siguientes (cada uno de los cuales corresponde a una estrella del cúmulo): Alcione, Electra, Maya, Merope, Tayjeta, Asterope y Caeleno.
Según la leyenda, estas siete jóvenes, que formaban parte del cortejo de la diosa Artemisa (la diosa cazadora), se vieron acosadas por el gigante Orión, que las perseguía sin cesar; ante lo cual Zeus, para ayudarlas a escapar de Orión, las convirtió en palomas y las puso en el cielo.
… Donde aún las vemos hoy en día.
(Por cierto, también hoy en día vemos a Orión, en forma de constelación, que las está persiguiendo, aunque siempre sin alcanzarlas).
Pongo aquí este dibujo que he realizado en el que vemos a las siete Pléyades. He dibujado sus caritas, he puesto sus nombres, y también la magnitud (brillo) de cada una de ellas. Como veis, dos de las estrellas del cúmulo son los dos padres de las Pléyades: Atlas y Pléyone.
En definitiva, estamos ante un bonito cúmulo estelar fácilmente observable a simple vista (y más bonito con prismáticos o telescopio), que, como sucede con muchos otros astros del firmamento, tiene, además de una gran belleza y un gran interés científico, un gran interés mitológico.